Antes de conocer a los Frankenstein, Elizabeth Lavenza moría de hambre, sufría los maltratos de su cuidadora y estaba a un paso de ser expulsada a la calle. Los Frankenstein le dieron un hogar, pero a cambio de un precio muy alto: ser la amiga más íntima de su extraño hijo, Victor. En pos de volverse imprescindible, Elizabeth se convirtió en una maestra de la manipulación y el engaño, capaz de hacer cualquier cosa por sobrevivir y mantener su vida acomodada. Cualquier cosa. Especialmente cubrir las excentricidades y perversiones de su Victor. Para todos es un ángel. La luz de la vida de Victor. Solo ella conoce la verdad sobre sí misma: en su interior alberga oscuridad y nadie, jamás, podrá detenerla.
Este retelling no me deslumbró del todo, la autora incorporó recursos interesantes para generar una obra con reminiscencias al libro original, y al mismo tiempo presentar una historia diferente. El problema (para mi gusto), es la falta de un desarrollo narrativo con intensidad; el ritmo de lectura a partir de la segunda parte es lento y las escenas se tornan pesadas o sin sentido. Recién en los últimos capítulos explota el suspenso acumulado, sim embargo los plot twist aparecen de manera apresurada, los enfoques al no tener la cadencia necesaria quedan sin el impacto que deberían tener y el desenlace queda forzado.
Rescato la manera de introducir a Víctor, por medio de los flashbacks y sentimientos de Elisabeth está la evolución de la personalidad perturbadora y macabra de Frankenstein; las descripciones en referencia la manera escabrosa de actuar de él son lo mejor del libro junto a la forma de integrar la creación del monstruo.
"Victor vio un poder para iluminar la noche y erradicar la oscuridad... Un poder al que no puede controlar, al que no puede acceder. Y nada le molesta más a Victor que aquello que no puede dominar"
"¡Pasaras tus horas sufriendo con temor! Pronto caerá el rayo que arrebatara tus propósitos para siempre. me has despojado de todo, salvo de la venganza... ¡Una venganza, en adelante, más costosa que las luz o el alimento! Quizá muera, pero antes tu, mi tirano y torturador, maldecirás el sol que contempla tu forma, que tanto se oculta ¡Yo, el monstruo, tengo que rehuir de ser visto mientras que tú caminas libremente!"
"Victor aprendió cerca del recorrido de la sangre en una criatura viva"
"La frontera entre la vida y la muerte había fascinado a Victor durante mucho tiempo"
"Quizas fuera aquel el motivo por el que Victor quisiera imitar tan desesperadamente la vida con su propia versión retorcida. jamás pudo sentir las cosas con suficiente profundidad"
Me gustó como White incorporó a otros personajes del libro original: Justine, joven soñadora quien anhela salir de sus desgracias; Henry, resulta ser la cara contrapuesta de su amigo Víctor (no comento más porque es relevante para la trama); y los padres del protagonista, ambos tienen intensiones turbias en relación a la decisión de adoptar a Elisabeth desde la niñez. Además aparece como nuevo Mary, una joven inteligente e interesante que aporta dinamismo a la obra y tiene guiños de verosimilitud hacia M. Shelly.
El eje que no me termino de cerrar es la personalidad de Elisabeth, en todo momento tiene el papel de víctima, me pareció bastante pesada porque en realidad las desgracias de ella son resultado de sus propias iniciativas, negaba la realidad y construyó un futuro que nunca fue posible. SI bien al final se da cuenta, la desolación, angustia y existencia incrementa hasta debatirse quien es el verdadero monstruo.
Para finalizar, los acontecimientos, atmósfera y pluma gótica, son bastante fieles a Frankenstein, Kiersten plasmo la crudeza, ambición a ser superior, avances de la ciencia y representación histórica.
"Acostumbraba a ver a las personas solo en términos de lo que significaban para mí"
"Había pasado toda mi vida siendo lo que Victor necesitaba que fuera"
"Estaba segura que una vez más me hallaba en sus limites, de un lado la vida que había construido con una determinación tan agresiva. Del otro lo desconocido, pero lo desconocido me atraía, prometía descanso del dolor"
"El monstruo se reveló. No se trataba en absoluto de una criatura producida por mi mente, ni tampoco, de una criatura producida por Dios. Ni mi mente ni la de Dios pudieron haber concedido semejante prevención de la humanidad"
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